Un alarido en
verso. Tremenda paradoja
hilvanar el pánico
entre rimas y cantos;
versificar el
miedo, los dolores y espantos,
del brutal
retroceso de una sociedad coja.
.
Que el mundo siga
sordo, que a nadie sobrecoja
la sangre
derramada por la inercia de tantos…
Que sigan los
abusos, las matanzas, los llantos,
a causa de asesinos
con la testera floja…
.
Es algo que
requiere de un gran aldabonazo,
de un toque de
atención a gobiernos y al mundo,
a familias,
colegios, a vecinos, al viento…
.
Que pulsara
conciencias, que prendiera el chispazo
de una sabia
actitud con impacto profundo,
que zanjara de
golpe este horror virulento.
.
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