En
el centro vital del organismo,
un
resorte esencial se descontrola
como
el mágico vuelo de una ola
danzando
sobre el borde del abismo.
Es
el duende ingenioso, terrorismo
que
bulle en la conciencia, la pistola
cargada
de talento que enarbola,
burlona
y atrevida, su espejismo.
Es la
apuesta arriesgada, la suicida,
la opción
deliberada, la conjura
diabólica
y divina de la vida;
la sagaz
intuición de la cordura
filtrándose
anhelante en la guarida
de
un infierno excitante: la locura.
Y,
como paradigma,
obsérvese
el matiz de inteligencia
que revela
en mis versos su presencia.
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