Soy mujer, y en este serlo, convive mi vida entera.
Por laberintos de la memoria quedaron sepultados años de
vida. La cerrazón de entonces y la de ahora semejan la ignorancia de los
tiempos.
Entonces fueron años de vileza, miedo y desesperanza.
Temor al absurdo de unos parias, al cambio, al machismo arraigado, a la mudanza
de ideas. Siempre el miedo vibrando, miedo siempre.
Vuelve el abuso como un boomerang, arrasando con todo, antojadizo
y vinculante. Vuelve disfrazado de trompeta.
Vuelve lo más feo de lo antiguo, matando la belleza. Vuelve
lo mezquino, lo roñoso, lo anquilosado, lo obsoleto. Vuelve la estulticia, la torpeza.
Vuelve, vuelve, vuelve… Tremenda desazón que nos destruye.
Flota etéreo el arte, y las ideas, la inteligencia, la ciencia…
a la espera de un mundo más auténtico.
No vuelve, es que creo que nunca se fue, solo que se hizo espora a la espera de buenas condiciones para volver a arraigar. Las condiciones las crean los que sospechan que de esa manera nos van a usar con mas comodidad. Esto es una lucha eterna, sin rendición posible, pero sin victoria clara.
ResponderEliminarGracias por el comentario, Pedro. Tienes toda la razón, la España negra siempre ha estado latente. Es un quiste difícil de arrancar.
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