Si de un plumazo censuro el guión de mi existencia; si me
salto el argumento; si me alejo por un tiempo del escenario en que vivo, lo
primero que me encuentro es el ingenio.
Pues son condicionantes todo lo que nos rodea. La
educación comporta rémoras e impedimentos. El vecindario, el amigo, el ministro
y el maestro, por no seguir con el resto, nos untan con su barniz cada uno con
su ungüento.
Formatearte la mente, transmutarla en una nueva, borrar
de tu disco duro cualquier lastre que la hiera; ilustrarla; elevar su inteligencia…
Encarnarte en un Cervantes, en un Lope, en un Quevedo. Conocer
a los poetas que habitaron el Parnaso. Todo es posible de pronto con la imaginación
en danza.
Y puestos a imaginar, me apropio, sin duda alguna, del intelecto
de un genio, de ese modo, pienso, escribo, opino y pinto con insólita agudeza,
y una singular destreza guía mi pensamiento.
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