Si la
tristeza invade la conciencia
logrando que
una lágrima la empañe,
intento que
esa lágrima no arañe
mi frágil
epidermis con violencia.
.
Intento revertir
la turbulencia
tratando que
esa pena no me engañe,
y exijo a la
razón que me acompañe
en esta tesitura
de emergencia.
.
Sobre el alféizar
vibra el torbellino*
que pugna en
ser rehén de mi ventana,
y me detengo
absorta ante la vida,
.
sintiendo,
en mi interior, un gen divino:
un gen cuya
virtud es sobrehumana,
pues ya gané
al quebranto la partida.
.
Espero que la tristeza se convierta en alegría y no pase de los versos, poeta.
ResponderEliminarUn abrazo en la tarde.
Muchas gracias, poeta. Un abrazo 😘😘
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