Si no damos valor a la advertencia
de que el mundo se muere poco a poco.
Si el humano, egoísta, se hace el loco
y no quiere dar pábulo a la urgencia…
.
Si la queja, el aullido, la emergencia
no producen alarma ni sofoco;
si no existe el deseo ni tampoco
un ligero temblor en la conciencia…,
.
cuando llegue el infierno y nos arrastre,
ya no habrá quien nos salve de la muerte,
moriremos tragados por el cieno
.
que soltó la desidia como un lastre.
Y seremos basura, de tal suerte,
que será aterrador tanto veneno.
.
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