Sentimos tu aliento con temor creciente
por tu oscuro rumbo, sin mediar palabra
que apure la espera servil y macabra,
pues es tu propuesta procaz e indecente.
Discreta y letal como la serpiente,
reptas sigilosa a escupir cianuro,
a enterrar la llave de cualquier futuro
con tu frío empeño de maldad latente.
.
No solo te ocultas, sino que alardeas
de cumplir tu oficio con placer de diosa.
Impía Perséfone de sombra haraposa,
gobiernas el Hades entre las mareas
cercadas de muertos, y te contoneas
sabiendo de sobra que afilo mi pluma
para darme el gusto de alejar la bruma;
y, si no te agrada, mejor no me veas.
.
Con un ligero estremecimiento se leen tus versos, poeta, pero se encuentra la poesía y la vida, a pesar de todo y eso es lo importante.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias, Rafael. Un abrazo. 😘😘
EliminarPoesía contundente, como no podía ser de otra forma, tratándose de la muerte.
ResponderEliminarMuchas gracias, Javier. Me alegra que lo veas así. Un 😘abrazo.
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