Ay,
quiero contarte algo
que
ni siquiera imaginas.
A
ver cómo te lo cuento
sin
que te mueras de envidia.
¿Nos
sentamos en el bar
o
prefieres terracita?
No
te lo vas a creer
cuando
te lo cuente, chica.
¡Camarero,
una cerveza!
Me
vi anoche con Elías.
¡Qué
me dices!, ¿el cretino?,
¿el
que alardea de hombría
y
presume de ingenioso,
el
mismo perdonavidas?
Pues
verás, ¡escucha!, ¡calla!
¡Me
lo tiré! ¡Ay, Clarisa,
si
vieras el armamento
con
qué soltura lo empina!
Me
desnudó de un zarpazo,
y
su chispa creativa
me
convulsionó la piel.
Te
lo juro, amiga mía,
que
existe un diamante en bruto.
¡El
coito fue de película!
.
Siempre la sonrisa emanando de la poesía. Gracias poeta.
ResponderEliminarUn abrazo y felicidades por el trabajo.
Jejeje. Gracias, Rafael. Ya sabes que el humor guía mi vida. :-) :-)
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