Camino y
al andar trazo mi vida;
unos pasos tras otros y otros más,
y el rumbo, con su efímero compás,
me va llevando, terco, a la salida.
.
Si me detengo, asumo la sabida
abulia del parásito; además,
se quedan mis neuronas casi al ras
de ver la adversidad en su caída.
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La cuestión es andar, andar, andar,
dejando galopar al corazón,
sintiendo como encaja el recorrido;
.
y buscar siempre el modo de avivar
el fuego arrollador de la razón
que goza siendo el cómplice atrevido.
.
Me gusta ese galopar del corazón para relatar y "gritarle" a la vida, poeta.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, poeta. Un abrazo.
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