domingo, 3 de septiembre de 2017

Luna...

Blanca de día, azul de madrugada,
la luna es el remanso del poeta
la observa, escribe, llora e interpreta
su cántico en la atmósfera callada.
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Se oculta y aparece en la alborada
como diosa cercana y alcahueta,
pues los amantes ven en su silueta
el velo de su noche enamorada.
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Imaginé estos versos para un reto,
sin embargo brotaron sin pensar:
la luna rubricó el primer terceto.
.
El segundo se puede imaginar:
se alteraron las letras del soneto
soñando ser el pálpito lunar.

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2 comentarios:

  1. Es que la luna nos altera a todos poeta.
    Un abrazo en la noche.

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    1. Te he visto de casualidad, Rafael, jejeje. Como no suelen hacerme comentarios por aquí, no suelo mirarlo. Muchas gracias, poeta. Un abrazo.

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