Porque
te quiero, amor,
con
el furor de mil alunizajes,
necesito
el temblor
de
tus labios salvajes
requebrando
mi boca de lenguajes.
.
Porque
quiero, mi vida,
que
arrastres por mi piel tu gen maldito,
que
me cierres la herida
con
tu pálpito escrito:
un
verso y otro verso, despacito.
.
Porque
quiero sentir
el
calambre imprevisto, la tensión
que
eclosiona al latir
mi
loco corazón,
obstinado
en rendirse a tu invasión.
.
Porque
adoro tus besos
que
estimulan mi cuerpo estremecido
con
hábitos perversos,
y
el vértigo, el vahído
que
escandaliza intrépido el sentido.
.