viernes, 26 de octubre de 2012

Sentir


Si acomodo mis pasos al silencio, acuden como una ráfaga las melodías del mundo, y siento que mi interior se estimula haciendo hueco a la excelencia.

Percibo el suspiro de las hojas al caer exánimes de los árboles. Siento el susurro del mar que me regala el viento; e intuyo la música del cielo en su mudanza.

Sentir es un pellizco del alma.

Y sentimos de continuo. Para el tráfico del ánimo no hay un área de descanso. El sentir es libertino, autodidacta, exclusivo. Unas veces, elitista, otras en cambio, mezquino. Y juraría que hay días que con antojos lo he visto.

Hay sentires que amordazan, que exacerban, que repugnan, que amenazan. Y los hay que extasían, que anonadan, que apasionan, que enloquecen, que fulminan.

El sentir es absoluto porque existe por sí mismo.

lunes, 22 de octubre de 2012

El tiempo


El tiempo transcurre impávido, complacido de sí mismo. Se adelanta cuando quiere y cuando dictamina, para. Es voluble, es cicatero, engorroso y altanero.

En ocasiones, el tiempo lo desparramo; lo exprimo; lo contengo y amilano. Y sólo indiferencia hallo. Y ese es mi mayor tormento, pues no hay tiempo de descuento en el final de trayecto. Ni siquiera tiempo muerto.

Y transito por la vida ensayando nuevos pasos, con la zozobra del tiempo mirándome de soslayo.

Porque el tiempo es un engaño. Cuando menos te lo esperas te pone unos cuantos años sin preguntar ni importarle si eso es lo que deseas.

Y se va empinando el tiempo. Ya notas que no le alcanzas, que se  alarga la distancia y la tregua se aminora.

Y te viene a la memoria la caducidad y el polvo.

viernes, 19 de octubre de 2012

Escribir…


Cierto es cuando aseguro que no puedo escribir si no es a solas. Si intuyo o percibo una presencia, la mente se me oculta entre las sombras. Ni una frase, ni un suspiro vislumbro. La compañía me estorba cuando escribo.

No es que sea huraña, que no es eso. Es que soy sigilosa cuando acudo en busca de emoción o sobresalto. Me introduzco diligente en mi cerebro y moldeo los latidos que lo arrullan.

Escribir es un pálpito, es impulso. Es pasión y aventura. Es abrirte por dentro, seccionarte. Es afán por saberte. Es pulsar el botón del sentimiento.

Al pensamiento lo leo con sosiego. Lo comprendo y adapto, y, si hay tiempo, lo vuelco al recipiente que lo acoja.

Van escritos cuatro párrafos, y con éste llevo cinco, y sentencio, que, aun pensando, leyendo, comprendiendo e incluyendo el aislamiento, puede salir un soberbio engendro.

domingo, 14 de octubre de 2012

Dolor


A veces, cuando me indago, cuando palpo en mi interior alguna pena escondida. Cuando busco la punzada del dolor, me turbo y solivianto un poco. Mas sé bien que entre las brumas el tiempo lo disipó.

Pero si el dolor sacude. Si bruscamente aparece. Si me aplasta, ruge, quema. Si persiste. Si la angustia me enloquece. Por mucho tesón que ponga, el dolor ya se hizo fuerte.

No hay Dios ni santo bendito, ni coyuntura capaz, de aliviarme la tortura.

El dolor reina, domina, se hace dueño de los días, atornillando con saña y rasgando más la herida.

Y se arroga los derechos de pernada, sometiendo y arrastrando por el fango a la voluntad rendida.

Y mientras tanto, el tiempo se hará el dormido sabedor de que los días….

miércoles, 10 de octubre de 2012

Caminando…


Camino acompañada de lo antiguo, de lo viejo enquistado en la memoria; de las penas de antaño y las de ahora; de la risa que libera; de la tela de araña del delirio; y de los miedos.

Unas veces camino con mesura pisando con cautela las aceras, delegando siempre en la razón la guía.

Otras, imprudente, me lanzo al terraplén de la locura sin llamar al cerebro previamente, inconsciente a todas luces del peligro.

Y descanso las más veces. Me adentro caminando en un desvío, donde limo las aristas de las dudas y sorteo las trampas sin esfuerzo, manteniendo al margen el vacío…

Y dirijo mi vida hacia el sosiego, hacia la lumbre cálida, hacia lo bello…

Y la conciencia reposa ensimismada.

domingo, 7 de octubre de 2012

Escuchar…


Cuando escucho, doy la alerta a mis sentidos adentrándome en silencio entre las voces, respetando el aliento que penetra en mis oídos y el suave movimiento de los labios.

Cuando escucho, callo, esperando el momento de expresarme, intuyendo el mundo enarbolado por el otro, la emoción urgida, el ansia, la premura, el sentimiento y alivio.

Cuando escucho, observo los ojos del hablante, la mirada impaciente, el anhelo, el impulso irresistible, el deseo ferviente, la actitud defensiva, la súplica.

Cuando escucho, hay palabras que al oírlas te desgarran, atraviesan y socavan, que reclaman afectos y atenciones, que remueven sentimientos…

Y me rindo.

Escucho el pálpito y el ruego del hablante y no puedo por menos que escucharme a mí misma en ese instante.

Cuando escucho, siento a un tiempo….

jueves, 4 de octubre de 2012

Cómo decirlo…


Cómo decirlo… ¿Cómo decir que no sé lo que pretendo, que lo atisbo y en el fuego del infierno se evapora?

¿Cómo decir que buceo entre palabras buscando la que me altere, la que vibre con mi roce, la que aplaque la tensión de adivinarla, la que su voz me arrebate, la sublime, la más grande?

¿Cómo decir que rebusco entre librerías de viejo palabras ya recicladas, palabras que me sugieran, que me griten, que me atrapen?

¿Cómo decir que es un juego, un cortejo, connivencia, conchabanza entre las letras y yo?

¿Cómo decir que me crezco cuando escribo, no en talento, que no tengo, sino en vida. Que circula por mis venas más sangre de la debida?

Cómo decirlo…

Lo que digo es que aspiro solamente a entretener. Y si de paso entretengo…. 

martes, 2 de octubre de 2012

Divagando…

De entrada … vergüenza, timidez, sonrojo…

Quien se disponga a leer estas cuitas (tómese “cuitas” como estiércol, no como desventura), de entrada le prevengo que no siga: son sólo palabras sin cuerpo ni miga.

Lo mío no son noticias, ni nada que sea candente. Lo mío es palabrería, palabras vanas, cacareo, cháchara, verborrea. Nada serio.

Lo mío es llenar papeles, tuits o lo que se preste. Pero decir, nada digo, sólo pienso y lanzo al viento sentimientos más que ideas.

Si alguno desea seguirme, que lo diga, todavía está a tiempo de decirme si aquí sigo. De momento, me lo pienso.

Mas si nadie dice nada, me desdigo, paso de largo lo escrito, pues debut de un día es aire sin acompañamiento. Y que empezando… lo digo, que no muevo.

Ya está dicho. Mi cerebro desgrana con ocurrencia o sin ella y con total impunidad, por no decir sin pundonor ninguno. Esa es la idea.